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d1768

vísceras, incluyendo el estómago, en sus
más exactas formas anatómicas, separadas
ya  del  cuerpo,  columnas  vertebrales,            rosarios 
rosarios  de  ojos  enhebrados,  cuerpos            de ojos
seccionados  por la cintura y chorreando 
sangre, cabezas  con  el cuero cabelludo
arrancado ¡en fin! 

Dicho lo dicho, no mucha importancia tendrá que este sitio 

   • tiene, según la maldición cronológica corroyendo la arqueología peruana >>>>>contra la cual estamos armados, tantas antigüedades cuantos arqueólogos >>>>>expresaron una: 1800 a.C., 1500 a.C., 600 a.C., 300 a.C.;
   • o tiene tantas relaciones culturales posibles cuantas fechas propuestas - >>>>> o ninguna relación, según una ponencia que le da independencia cultural; >>> eventualmente fue sumergido y utilizado, quizás, por los Chavines - >>>>>dependiendo de su calesita propia de antigüedades y de la calesita de >>>>>antigüedades de los Chavines - y ciertamente, por los Mochicas y los >>>>>Chimúes;
   • y fue descubierto recién en 1937.

Nos preguntamos cómo se puede saber tantas cosas con tan poco, casi nada, excavado.

También, hay un museo, nuevecito, apenas inaugurado, o, mejor dicho, el edificio para un museo, porque este proyecto de museo fue llevado adelante también con dinero alemán; y con el dinero alemán agotado, el edificio se quedó medio vacío - tan vacío que es difícil hablar adentro por la resonancia de las voces.

En Sechín, también nos enteramos de la existencia de otro sitio muy interesante, según escuchamos, por tener murales mochicas. Pero, lamentablemente, a unos 35 kilómetros al norte, o sea por donde ya pasamos ayer. Empero, murales precolonenses, especialmente en el sur de América, no hay tantos.  Así que vamos a regresar.

Regresamos hasta el sitio de Pañamarca, y murales no vimos.

En vez de murales, vimos unos lastimosos vestigios de colores agarrándose de las paredes como lágrimas de vergüenza e incredulidad que todavía no quieren caer al suelo. Lo más, y lo único, que encontramos, escondido detrás de unos adobes sueltos, en un hueco, fue algo que, hoy, se reduce a dos manchas de pintura y que sabemos que representa una cabeza solamente porque vimos la fotografía de este fragmento de mural en su estado de hace ocho años atrás, cuando, por el contexto, se podía ver que esas dos manchas son la cabeza. Pero hoy, hasta este contexto desapareció.

- Sí señor, nos dijo un lugareño, a la vez que guardián de las ruinas, el >>terremoto de 1970 y las terribles lluvias de hace dos años.
- ¿Pero, no estaban protegidas las pinturas?