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Tenemos el Sol en la espalda, vale decir que, si bien estamos viajando por Panamá hacia la frontera con Colombia, estamos viajando hacia el este.

Estamos parados para la noche; pero, cuando nos detuvimos, nos sentimos, de repente, en Fort Providence, en Canadá: nos vimos asediados por nubes de mosquitos; empero, con la eficiencia de veteranos de guerras mosquiteras, rápidamente prendimos nuestros espirales contra mosquitos y nos vaporizamos con el excelente repelente que compramos en Canadá.

La Luna está creciendo; ya hace dos o tres noches que la observamos; pero su fino arco no configura ni una C ni una D; está acostado, perfectamente horizontalmente en el cielo.

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Esta mañana, echamos a andar unos 45 minutos antes del amanecer; no había mosquitos y había sorprendentemente poco calor. Ahora, ya de día, nos paramos para desayunar; tampoco hay mosquitos.

Las viviendas de por aquí están todas hechas, de bambú o de otros palos derechos, para las paredes, y de hojas de palmeras, para techado. La vivienda típica parece ser una plataforma sobre pilotes, la mitad de cuya superficie, más o menos, está ocupada por paredes tenues, casi simbólicas, de palos o de tablas con intersticios, formando dos habitaciones laterales separadas por una sala grande, y el resto de cuya superficie está abierto a todos los vientos.



Casas (hecha y por hacer) después de Cañazas

Llegamos más allá del pueblo de Cañazas; estamos en la provincia del Darién - como entidad administrativa; el tapón selvático hacia Colombia está todavía en lo incógnito.

Ah, pero nos topamos con una sorpresa, y no de las buenas - pocas veces sorpresas resultan buenas: la carretera está cortada; hay poco tráfico en esta carretera del Darién, pero lo poco que hay, está parado; no se puede pasar; por una acción de fuerza de los pobladores de la zona quienes exigen del gobierno que les provea de agua, y con tal fin cortaron el camino y no lo reabrirán mientras el gobierno no oiga sus quejas, no les traiga por lo menos un camión tanque de agua de Chepo y no les ofrezca un plan para solucionar el problema del agua permanentemente.

Así que nosotros, quienes nos apuramos ayer, y nos levantamos tempranito hoy, para tener lo más tiempo posible - durante hoy, jueves, a la tarde, y mañana, viernes, todo el día - para hacer nuestras averiguaciones, estamos clavados ahora aquí, Dios sabe hasta cuándo. Parece que va a ser horas y horas, si no hasta esta noche, o quién sabe hasta cuándo.