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hectárea, referente a su manera de cultivar maíz para consumo propio sin pesticidas, y a sus problemas con una cierta plaga del maíz; y luego, inclusive, tuvimos el inestimable privilegio de escuchar nuestras primeras noticias nacionales mexicanas e internacionales.

En las noticias, qué diferencia entre este enfoque y el enfoque vespucciano de los acontecimientos, especialmente en lo que se refiere a América Central - parece otro planeta.

Ah sí, por ciertos indicios, como ser referencias a cámaras y micrófonos o referencias a imágenes, nos parece que lo que escuchamos no es radio pura sino la parte auditiva de un programa de televisión.

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Esta mañana, la primera vuelta de las ruedas nos dejó con la triste realidad de que el chillido seguía; echamos a andar lo mismo, a ver si, a lo mejor, con unas vueltas, el asunto se asentaría; pero no.

No hubo otro remedio que echar mano a la obra y desarmar los frenos a ver qué pasaba. Karel los desarmó y se encontró con que las zapatas habían llegado al punto de desgaste cuando un sistema de advertencia empieza a chillar para indicar que es tiempo de cambiarlas; simplemente rompió y eliminó la chapita de advertencia, armó otra vez los frenos - y no más chillido.



Trabajando ... bajo supervisión

En condiciones normales, o sea andando cerca de casa, las zapatas podrían servir todavía bastante rato, porque, naturalmente, los fabricantes tienen interés en promover las ventas, y regulan su sistema de advertencia para que empiece a chillar más bien demasiado temprano que demasiado tarde; pero, en nuestras circunstancias, no vale la pena entrar en estos jueguitos de aguante, y decidimos hacerlas cambiar. Tenemos un par, de repuesto, como dicho, pero éste lo queremos guardar.

Y así es que estamos en Mazatlán, en un taller, esperando que terminen el trabajo.

Para terminar con las curvas de la increíble carretera a Buenos Aires, si no tomamos en cuenta la distancia entre Mazatlán y las primeras estribaciones de la Sierra Madre Occidental, cuyas curvas son solamente las normales en cualquier carretera, y si limitamos nuestro interés al tramo entre las primeras estribaciones y Buenos Aires, nos encontramos con la asombrosa estadística de 114 kilómetros de camino de montaña por 981 curvas, casi sin cesar; a veces, con una sola curva extendiéndose sobre más de 100 metros pero, a veces, con 3 curvas en menos de 100 metros; una carretera difícil de explicar adecuadamente con palabras.