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Ya está. Cruzamos de los Estados Unidos Vespuccianos a los Estados Unidos Mexicanos. Y gracias que se nos haya ocurrido esta denominación de "Vespuccia", si no, hubiese sido "de los Estados Unidos Anónimos - según indican, tanto la propia sigla E.U.A., en castellano, como también la sigla U.S.A., en inglés, United States Anonymous - a los Estados Unidos Mexicanos".

Estamos en Tijuana.

La frontera es diferente; pero no como nos imaginábamos.

La aduana vespucciana, donde queríamos presentarnos, como siempre, para la famosa declaración de dinero, fue tan difícil de encontrar que ya casi estábamos en México cuando se nos hizo evidente que no podía ser, y tuvimos que dar media vuelta y regresar e ir preguntando para encontrarla. Ahí, todo lo que uno hace y dice está filmado en película y grabado en cinta magnética; pero lo curioso del caso es que hay carteles advirtiendo al público de tal circunstancia; no entendemos la lógica del asunto.

En cuanto a la aduana mexicana, resulta que no hay una aduana sino dos líneas de aduanas; una, que pasamos recién, y que, por lo que vimos, es solamente una demarcación ceremonial de la frontera del país, y una, por lo informado, la verdadera, bastante más adentro del país - no sabemos todavía dónde; de manera que los millones de Vespuccianos que quieren darse la sensación exótica de haber explorado México pero sin exponerse a lo que ellos creen ser los desconocidos peligros de semejante aventura, pueden darse este lujo cerca de la frontera, mientras que los que realmente quieren ir a México pasarán la inspección aduanera de verdad, más adelante.

Apenas se entra en las calles de Tijuana, uno se encuentra sumergido en una inexplicable cantidad - o sea docenas tras docenas tras docenas - de dentistas, oculistas, médicos, farmacias; también, algunos abogados de divorcios y casamientos.

La diferencia de ambiente entre los dos lados de la frontera se impone de inmediato; muchos carteles pintados caseramente a mano, en vez de luminosos acrílicos, mucha gente caminando por la calle, las luces de tráfico, reducidas a lo más necesario - no más redundancia de dos o tres luces por esquina. Del pavimento, no se puede opinar mucho porque llueve bastante.

Ya aprendimos que la palabra Tijuana viene de la palabra paraborigen Tiguan que quiere decir "cerca del agua".

Fuimos a ver una iglesia en el barrio de Chapultepec, de la cual sabíamos que tenía que ser enorme, moderna, ejemplo del estilo mexicano contemporáneo.

A favor de la iglesia, no es fácil de explicar pero no se nos ocurre una manera más simple, se puede decir que las mitades longitudinales de su bóveda están hechas de conos - acostados, truncados, con la sección más pequeña de cada cono al lado de la sección más grande del cono vecino - y de espacios >>>>>>>>