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Esta mañana, por fin, última mañana en la contaminación losangelina. Nos preguntamos por qué extraordinaria coincidencia - porque premonición no puede haber sido - los primeros Españoles dieron al sitio del futuro Los Angeles el nombre de bahía de los ... Fumos.  Bien extraño.

Durante el desayuno, la radio nos dio las últimas para la próxima: los cohetes vespuccianos en Europa ya no bastan; ahora, aumenta la presión de ciertos círculos para que los Europeos incrementen sus fuerzas tradicionales.

Ah, también escuchamos otra nueva por radio, confirmación de observaciones ya anotadas anteriormente. Resulta que una organización administró un examen igual, en varios países, a escolares de la misma edad y del mismo grado y - por qué sorprenderse - los niños vespuccianos, cuando no resultaron últimos, resultaron penúltimos; inclusive, algunos escolares vespuccianos ni supieron encontrar en un globo terráqueo el sitio de Vespuccia.  Sin comentario.

Con un último asombro ante la contaminación inhumana asentada por todas las partes, por fin, estamos viajando hacia el sur. Las serranías alrededor de la ciudad, ni su existencia se puede sospechar, borradas de la topografía por la contaminación. Los coches a una distancia de dos cuadras, o dos cuadras y media, se ven como masas diluidas.



Y asombro también, cuando se ve cómo se construye las casas

Salimos del conglomerado urbano; todo es campo otra vez, pero todo está aplastado bajo el increíble sudario de contaminación. Qué barbaridad.

Los Angeles será una cámara de gas, pero por lo menos, según nuestro detector de radiaciones, este problema no tiene.

Después de un rato, las serranías empiezan a vislumbrarse débilmente.

Pasó un rato, y hay que repetirlo: es increíble; la contaminación, naturalmente. Nos estamos aproximando justamente a una autopista cruzando la nuestra. Los vehículos que la transitan parecen como fantasmas en una película de misterio.

\LA/  Este espectáculo de interminable asombro nos hace recordar algo.
 FIN   
El otro día, en el suburbio de Glendale, vimos una playa de estacionamiento para los clientes de una galería comercial, con una capacidad de tres mil coches; ... y sin lugar vacío, con docenas de coches dando vueltas y vueltas como almas en pena, esperando que alguien se vaya para precipitarse a tomar el lugar.

Llegamos al pueblo de San Juan Capistrano. Hay aquí una ex-misión de la ex-red de misiones establecidas por los Españoles a lo largo de California - en el significado legítimo del topónimo - así como establecían misiones dondequiera pisaban a lo largo y a lo ancho de América.